Esquina

Rápido se olvidan
las dedicatorias,
los momentos fulminantes,
las miradas penetrantes,
las pasadas euforias...
Rápido se olvidan.

Si hubiera tenido la oportunidad
se hubiera ido,
pero conmigo sigue
agarrando mi bondad.
Maldito maldito,
me dice que sí pero no me urge.

Pagaron pecadores por pecadores,
pagaron justos sin dinero,
pagaron yonkis con caballo.
Pecó por sincero,
pecó por avaro,
pecó sin rencores.

Aislado.

No sé si estoy lleno o estoy vacio,
si estoy cuerdo o desvarío,
solo sé que mis pensamientos más profundos no los he perdido.

Y miro,
la vida pasar mientras que me están enterrando,
y tiro,
los dados del destino esperando a que se estén equivocando,
y creo,
que aunque acierten miraré las posibles caras de los lados.
Nunca conforme,
siempre soñando,
pero nunca acariciando el tiempo
que yo querría sentir lento.

Sigo curándome, pero ya empiezo a ver postilla.

Si no me rindo
es por instinto
y si sigo caminando
es por estar a mi lado.

Lo que quiero es simple:
sonreir sin querer,
dormir sin reproches,
salir sin planes
y tener los pies calientes.

Ahora que tengo tiempo me he llegado a ahogar
solo por pensar en lo que no debo ni imaginar
en futuros imprevisibles y acciones aún no hechas,
pero lo que necesitaba era hablar, oxigenar
todas esas ideas atadas por cordeles con mi nombre,
y finalmente acabas inflando el pecho, sacando cacho,
mirando al espejo y calmando el alma a base de lágrimas.

Una vez las mejillas se sequen,
solo te queda seguir preso
o plantar árboles en tu tierra mojada.
Si eliges lo primero no te quejes
pero si eliges lo segundo
verás que la primavera llega en nada.

Intento de intento.

Debería empezar a contar todas las verdades que encierran mis mentiras,
a morir en los brazos que me han dado muchas vidas,
a curar con algunas lágrimas todas mis heridas
y a acabar mis sílabas donde empezaban aquellas manías.


Estoy, en la medida de lo posible, midiendo mis posibilidades
e intentando ser sincero con todas y cada una de mis personalidades,
demostrándoles muchas de mis pocas facetas personales
pero siempre que empiezo, o al menos intento alcanzarles
acabo perdiendo todos mis bienes y multiplicando todos mis males.

Jardines sin regar.

Se mueve,
inmóvil.
Se siente,
inerte.
El cuerpo desde el suelo,
florece.
Lo intenta,
sin mostrarse dócil.

Y como un sol,
para tí duro una eternidad
y para mí duro unos segundos enfermos.
Enseño,
mis heridas más curadas.
Y escondo,
las abiertas aún asadas.

No te das cuenta de las piedras que estoy tragando

y de que aunque intente nadar me estoy hundiendo, me estoy AHOGANDO.

El sudor se transforma,

en costra.

y las lágrimas se evaporan,

me frustra.

Silencios inoportunos.

Me quedo sin pañuelos al malgastarlos con recuerdos,
aún no creados, esperanzas verde egoismo.
Puñaladas al corazón provocadoras de suspiros,
pulmones vaciados por un suicida seismo.

Ella me mira y me susurra que grite
yo cierro la boca y lo hago.
Exacto, como un orgasmo tembloroso,
oportuno, rozando el clítoris de la psique,
encerrado, atado y sellado, amargo y aciago.

Espero...

Hoy soy yo, y no soy persona
soy madera que se ahoga en carcoma.
Me insisto en pensar en que el corazón no lata
(al menos no tan fuerte, no sé si hay algo que me ata)


Después de X tiempo veo la marca de las cuerdas
deshilachadas ya de someterme con tanta fuerza,
te esperé para comer y ya no queda cena,
hasta los huevos de esperar por quién no merece la pena.

...pero no llega.

Quien quiera que busque, y si buscas ya demuestras
porque una acción solemne me dice más que mil palabras escritas
y una acción solidaria me dice mil vidas más que una estricta.
Lo fácil es traducir tu semen en sinónimos y no aguantarme la mirada
mientras que las gafas me sujetan la nariz y la nariz la lágrima.


Y me lubrico, y si estoy seco me escupo para que salga la idea
y me oscurezco, por mucho que las saque queda resina
y me examino, suspendiendo ya que to' las cosas que pasan son feas
y no concuerdo, ni conmigo mismo mis mentiras.

Entiéndete.

Y qué somos, si no seres
y qué eres, si no lloros
y quien soy cuando estoy solo
que cuando grito escucho coros.

Miro al espejo y me veo oxidado,
dañado, sin brillo en los ojos,
seco, sin agua en el pozo.
Tiro el dado y me arrepiento de haberlo lanzado.

Y me entiendo, o eso creo, los años bisiestos.
Y llegan, despacio, diciéndome que me he mentido.
Y se van, rápido, escupíendome verdades con efecto.
Y me voy, sin moverme, pensando en qué me he creido.

Tropezones.

Gritar hasta dormir,
¿llorar para sentir?

Recuerda lo malo para seguir andando

aunque estés sangrando y vayas descalzo

Como un resorte, sin ningún control

perdiendo el norte al aspirar su olor

La libertad completa, sin ataduras

sin gomas ni careta, jóvenes o maduras

La soledad silenciosa aprentándome la mano

la furia me acosa y el dormir no me funciona, ya no

¿Y qué me queda? 

Me quedo yo o ¿me quedo yo?

Sentir como si no sintieras

Soy un necio

que sólo sabe respirar al escribir

intentado atar a una sombra

que nunca va a ser suya

pero siempre le va a seguir.

 Me quedan reflejos, pensamientos rotos

sin pilas, suspiros, están los mentirosos, pero sigo siendo de los cojos.