Si no me rindo
es por instinto
y si sigo caminando
es por estar a mi lado.
Lo que quiero es simple:
sonreir sin querer,
dormir sin reproches,
salir sin planes
y tener los pies calientes.
Ahora que tengo tiempo me he llegado a ahogar
solo por pensar en lo que no debo ni imaginar
en futuros imprevisibles y acciones aún no hechas,
pero lo que necesitaba era hablar, oxigenar
todas esas ideas atadas por cordeles con mi nombre,
y finalmente acabas inflando el pecho, sacando cacho,
mirando al espejo y calmando el alma a base de lágrimas.
Una vez las mejillas se sequen,
solo te queda seguir preso
o plantar árboles en tu tierra mojada.
Si eliges lo primero no te quejes
pero si eliges lo segundo
verás que la primavera llega en nada.
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