Melancolía selectiva

Bebamos un trago, demos una calada, concedamos un suspiro por todos los que se fueron y no volvieron, tanto física como sentimentalmente. Algunos se van físicamente y permanecen en tu mente hasta en tus peores días, otros se van sentimentalmente y no quieres verlos ni en persona. Si te han hecho una cicatriz te recuerdan cada día al mirarla la lección que aprendiste en su época, si te han hecho llorar te recuerdan que no debes ablandarte en esas situaciones de debilidad, a tener menos motivos para derramar tus lágrimas, si te han hecho caer ahora te dan fuerzas para levantarte, si te han hecho sonreír...recuerdas todo... Martirízate o sonríe con tus recuerdos, tu sabrás cuando debes proyectarlos y en que momento te vendrán mejor. Toda lección sirve por inútil que parezca, por dolorosa que sea o por difícil que se muestre.

Asfaltando el dia a dia.

Me giro para observar que solo llevo dos pasos, que esto no son cicatrices, que solo son arañazos. Ya sangraré por lo luchado, ya lloraré por lo perdido, pero mientras permíteme mirar hacia el horizonte y seguir este camino que yo mismo asfalto cada día, no miro la brújula, me da igual perder el norte, tan solo me pongo mis cascos y sigo. Los días que voy cabizbajo me ayudan para observar bien el suelo, para no tropezarme, para desahogarme frente a un folio con un bolígrafo, para conocerme a mi mismo. Los días que voy con la cabeza alta puedo verlo todo desde unas bonitas vistas, apreciar matices en los que antes no encontraba belleza, reír hasta que me duela... tan solo saco lo positivo a lo negativo y a lo positivo le exprimo hasta la última gota. Estoy tan plagado de problemas como un libro de matemáticas pero dame mi tiempo para resolverlos, ¿Y cuales son mis problemas? ¿Que voy solo, dices? ¿Que si tengo miedo de sangrar? ¿Que si sentiré el escozor de mis lágrimas en mis futuras heridas? Claro que lo se, ¿y que? ¿Por ello me voy a detener? Estas muy equivocado, ya tendré tiempo de encontrar compañía, de ponerme tiritas y de secar mis lágrimas.

Almohada

No sé que pensar, ni que buscar, ni que sentir. Es una sensación extraña indescriptible, a la vez que intermitente. Me torturo intentando buscarle una respuesta a alguna de esas preguntas pero no encuentro ninguna, ni una pista. No es que esté triste, furioso o enfadado, simplemente es que no se como estoy. Siempre me digo a mi mismo que lo hablaré con la almohada a ver si esta puede ayudarme pero siempre acabamos hablando de cosas irrelevantes como sueños o simplemente admiramos el silencio nocturno acompañándonos mutuamente en las largas noches de insomnio. Se de sobra que algún día se desatará este nudo que tengo en el cerebro pero hasta entonces...¿Que hago? ¿Busco las respuestas para perderme mas? ¿Para dañarme al encontrarlas? ¿o simplemente hasta darme cuenta de que no existen? Por ahora como ves no las he conseguido encontrar, asi que solo me queda buscar mas interrogantes para mi larga lista, esperando responder a alguno de ellos algún día, de algún mes, de algún año...