Entre vocales y consonantes, entre eses y cetas me encuentro atascado
mascuyando onomatopeyas poco entendibles por el rechinar contínuo de mis
dientes.
Golpes secos difusos entre dos mares y dos tipos de personas
ahogadas:
Los desafortunados y los huecos.
El brillo del sudor junto al
brillo provocador son testigos de los nervios intermitentes, del latir
del principal a paso alborotado, como si de una trompeta estropeada se
tratase.
Su don por dentro,
sudor por fuera.
sudor por fuera.
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