miércoles, 28 de marzo de 2012

Gusto.

Hoy se va desgastando el brillo de esas palabras. Polvorientas se hallan debajo de todos esos folios manchados por sentimientos que algún día fueron nuevos y excitantes. No me arrepiento de ser incapaz de releer esas frases que tanto me desahogaron, ya que doblando esas hojas sé que estoy guardando bajo llave mi pasado.Sé a ciencia cierta que podré abrirlas cuando realmente me haga falta, pero ahora no es el caso. Es genial que tenga una extraña pero a la vez bonita conexión conmigo mismo cada vez que escribo, ya que sé que es con el único que podré hablar siempre sin tapujos, pero también siento miedo de que algún día se rompa esa conexión, o que la explote demasiado, quedándome sin tinta con la que escribir, sin pensamientos que compartir. Sé que esto no es una simple afición, al menos ahora, aunque empezó como una de ellas. Una afición que me ayudaba a dormir, a desahogarme o simplemente a disfrutar de crear algo de la nada. Ahora necesito escribir a cada X tiempo, reunirme con mi cabeza y mi corazón en una sala y hablar detenidamente con los dos, aguantando risas y llantos de cada uno, peleas y abrazos... Esto ya no es una simple afición, es una droga, algo que altera mi organismo de una forma positiva (aunque lo que me produzca muchas veces escribir sea algo negativo). Quien sabe si algún lejano día mi mente no dé para mas y pierda este bonito hobby, o puede que me siga ayudando a salir de múltiples baches hasta que mi cuerpo diga basta. De lo que estoy seguro es de que lo disfrutaré como el primer dia y hasta el último de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario